La Asamblea Nacional de Nicaragua ratificó el decreto presidencial que permitirá la entrada al país de fuerzas armadas extranjeras a partir del 1 julio, incluyendo de Rusia, Cuba, Venezuela, México y Estados Unidos, entre aunque con propósitos diferentes para cada uno de ellos.
El decreto se aprobó con 78 votos a favor, en su mayoría del gobernante Frente sandinista de Liberación Nacional (FSLN) , ninguno en contra y 11 abstenciones, correspondientes a partidos minoritarios.
«Se aprueba el artículo 3, y con él se aprueba el decreto legislativo que ratifica la autorización del ingreso al territorio nacional de naves, aeronaves y personal militar extranjero con fines de intercambio y asistencia humanitaria en beneficio mutuo en caso de situaciones de emergencias» anunció en el parlamento la sandinista Arling Patricia Alonso Gómez.
En el decreto que firmó el presidente Daniel Ortega el 7 de junio y que ahora avaló el Congreso nicaragüense, se permite la entrada de naves, aviones y personal militar también de Centroamérica, México y Estados Unidos «con fines de intercambio y asistencia humanitaria de beneficio mutuo en situaciones de emergencia».
Rusia, un fin distinto
Pero en el caso de las fuerzas militares rusas, la autorización del ingreso incluye los mismos propósitos de ayuda humanitaria, pero agrega múltiples capas de cooperación, como «ejercicios de adiestramiento en seguridad, intercambio de experiencias, operaciones contra ilícitos en espacios marítimos en el Caribe, y lucha contra el narcotráfico y el crimen organizado transnacional».
El decreto prevé que, en forma rotativa, 230 efectivos y equipamiento militar rusos ingresen a Nicaragua en el segundo semestre de este año. Establece cifras menores para los militares de Venezuela y Cuba.
El decreto publicado en La Gaceta también autoriza la salida en forma rotativa de 50 militares, naves y aeronaves nicaragüenses hacia la Federación Rusa con el objetivo de «participar en ejercicio de intercambio e instrucción militar y adiestramiento en operaciones de ayuda humanitaria».
Apoyo de Nicaragua a Rusia
El presidente Ortega expresó en febrero su respaldo a su colega ruso, Vladímir Putin, cuando reconoció la independencia de las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Luhansk, ambas ubicadas en el este de Ucrania, un hecho que Estados Unidos consideró «muy preocupante».
Además, Managua votó contra la expulsión de Rusia del Consejo de Derechos Humanos de las Naciones Unidas, una medida que el Consejo tomó tras observar los efectos humanitarios de la invasión militar de Rusia a Ucrania.
En marzo, Nicaragua se abstuvo de votar una resolución de las Naciones Unidas de condena y pedido de cese de la intervención de Rusia en Ucrania.
Finalmente, Estados Unidos excluyó a Managua de la IX Cumbre de las Americas, que se llevó a cabo la semana pasada en la ciudad estadounidense de Los Ángeles, algo que dejó en claro las diferencias entre ambos países.
Preocupación de Costa Rica y Estados Unidos
Luego de emitirse el resultado, el presidente de Costa Rica, Rodrigo Chaves, expresó «su preocupación» al ver que su país vecino «empieza a construir una fuerza militar al otro lado de la frontera».
Chaves argumentó que su nación es «una democracia bien establecida, que desde 1949 no tiene Ejército», con lo que justificó su inquietud.
Por su parte, el subsecretario de Estado para el hemisferio occidental de Estados Unidos, Brian Nichols, calificó la decisión como una «provocación peligrosa», al tener en cuenta el contexto de la invasión de Rusia a Ucrania.
En tanto, el diputado oficialista Wálmaro Gutiérrez aseguró que decenas de decretos similares se ratificaron en la Asamblea Nacional desde 2007. «Nicaragua nunca ha sido una amenaza para ningún país del mundo», aseguró ante el Parlamento y denunció una «campaña sucia que quiere desinformar, mentir», en alusión a algunos medios internacionales.
Por último, Brooklyn Rivera, legislador del partido indígena Yatama, sostuvo: «Habría que ver cómo se maneja estos intercambios que están en los mecanismos constitucionales, y se ha hecho normalmente y no había problema, lo que pasa es que un contexto internacional de conflicto armado en Ucrania es la preocupación».
El presidente Ortega, un ex guerrillero de 76 años, estrechó lazos con Moscú desde su regreso al poder en 2007. Rusia, en tanto, le proporcionó ayuda militar, vacunas contra el covid-19, autobuses y taxis, así como una estación de seguimiento por satélite (Glonass) conectada a 24 satélites rusos.
